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Laderas de Teruel

Laderas de Teruel Algunas de ellas se rellenaron con escombros, como quien oculta su vergüenza, y el peso sobrevenido hace que avancen de forma inquietante en busca de la horizontal y lleven tiempo sometidas a trabajos de adecentamiento en lo que parecía no ser más que la culminación de una obra ya acabada. Pendientes en peligro de convertirse en basurero, punto de recogida permanente de residuos, plano inclinado que ve pasar proyectos y promesas que a veces llevan a olvidar el quehacer diario, asunto pendiente. La llegada de la noche y el tiempo apacible invitan al paseo, y el amigo deambula, no sabe si disfrutando de la paz o buscándola, que a lo mejor no hay diferencia. La luz de las calles renovadas invita al recogimiento y la cabeza pasa de un tema a otro. La pereza le lleva a andar cuesta abajo, es poco previsor, no piensa en lo que luego tendrá que subir y acaba en el Portal de la Traición. Distraído, quiere ver los Arcos iluminados y sube puente arriba. A la izquierda, regala la vista la ladera de San Miguel, isla verde de matorral a la sombra de árboles y plantas rastreras que impiden ver el suelo y sirven de protección a los animales que la habitan. Zona en peligro de extinción.Se para el amigo a observar la ladera y el muro de la casa del Penitenciario, perdido en el recuerdo, y  el canto monótono pero potente de un pájaro nocturno le saca de su ensimismamiento. El sonido da profundidad al volumen oscuro, se alía con la luz de la noche cerrada y el caminante vuelve despacio sobre sus pasos, devanando el ovillo de sus pensamientos. Poco a poco, se acerca el ruido de la ciudad vieja, murmullo de risas y gritos. Noche de cenas, rito iniciático y puesta de largo que anuncia el final del curso.

 

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